
El baterista de The Who, Keith Moon, se tomó unos tranquilizantes para caballos con brandy antes de un concierto y luego tocó cada vez más despacio hasta que se desmayó mientras tocaba «Won’t Get Fooled Again».
La banda metió a Moon a bañarse, tratando de reanimarlo, y pudieron mantenerlo consciente el tiempo suficiente para tocar ‘Magic Bus'». Después de eso, Pete Townsend le preguntó al público si alguien tocaba la batería, y un chavo de 19 años salió de la multitud para acompañar a The Who en tres canciones más.